domingo, 22 de marzo de 2009

Y el pirata creó el mar

Pronto va a hacer siete años desde que publiqué esta novela. Por entonces la había mandado a unos quince premios literarios y a bastantes editoriales, encontrándome con el silencio de los primeros y una respuesta ambigua de las segundas que daba a entender que no habían leído ni cinco páginas. Cansado de esperar una respuesta alentadora, decidí invertir los ahorros que tenía en publicarla porque tenía una confianza ciega en esa historia. Casi mil ejemplares he vendido de esa novela, una cantidad ridícula si se compara con las ventas de ciertos autores, pero creo que no está mal para haberlo hecho en mi pequeña tienda y sin contar con la menor promoción. Sin duda, lo más alentador ha sido la respuesta de los lectores. La mayoría se han puesto en contacto conmigo después de leerla, y muchos la guardan con cariño como una de las joyas de su biblioteca. Desde estudiantes de doce años, hasta políticos, profesores, arquitectos o médicos se han dejado seducir por las aventuras de esos piratas de secano llamados Francisco Jadraque y Sinfo Piélago que encontraron el mar donde el resto veía barbechos y se pusieron a construir su propio galeón. Bastantes de esos lectores me han preguntado qué hacía yo escribiendo en una pequeña tienda cuando con un poco de promoción ese libro habría agotado muchas ediciones. Yo les digo que ya no quiero consumir mi tiempo mendigando una oportunidad con las grandes editoriales porque la vida es corta para pasársela cabreado con el sistema. En el fondo soy más libre que la mayoría de los escritores y no tengo la urgencia de que mis libros obtengan grandes beneficios a corto plazo cuando poco a poco los voy amortizando y puedo vivir de lo que amo. A todos nos gusta que nuestro trabajo sea reconocido, y por fortuna, y aunque sea a pequeña escala, es algo que estoy consiguiendo con todos los libros que he publicado. El que pudiera vender cientos de miles de libros no significaría que fuera mejor escritor, me restaría libertad y tiempo para crear, y en el fondo yo percibiría una pequeña parte de ese negocio, mientras se enriquecerían los de siempre, los intermediarios de la literatura.

7 comentarios:

BLQ dijo...

buen post lleno de razón, sigue así!!

Por cierto, mis padres ya estuvieron por aquí en Francia y me trajeron tus libros, así que en cuanto acabe de leer uno que no quiero dejar a medias, me pondré con alguno tuyo y creo que comenzaré por Y el pirata creó el mar, para celebrar el aniversario. Ya te contaré que tal.

saludos

Anónimo dijo...

Es así, sí :) Son los piratas los que crean la mar.
Bss

*LaWrY* dijo...

Sin duda una historia increible.
Mis padres estuvieron en Almagro ahora hace dos años y me trajeron esta novela dedicada.

No pasó ni un mes que ya la había terminado. Nunca, ningún escrito había conseguido emocionarme como lo hizo 'Y el pirata creó el mar', quizás porque todos perseguimos un sueño en nuestra vida.

Muchas gracias por escribir una historia como esta.

Un saludo desde Girona.

Francisco Romero dijo...

Gracias LaWry por tu opinión y por tu aliento. Como escritor sigo el mismo camino que Sinfo y Francis, y gracias a los lectores que se aventuran con mis historias puedo seguir persiguiendo mis sueños.

Helena dijo...

Yo no he estado en Almagro, el libro me lo dejó una amiga que lo había comprado en tu tienda y lo puso por las nubes. Comencé a leerlo si demasiada ilusión, pero me enganchó en las primeras páginas y no lo pude soltar. Lo que menos me gustó fue devolver el libro a su dueña. Espero viajar pronto a Almagro para que me dediques mi propio ejemplar.

Carlos Díaz dijo...

Compré el libro durante el festival de teatro de 2005. Me llamó la atención ver que un escritor vendía sus libros en una pequeña tienda. Te pedí que me recomendaras uno, y dijiste que la mayoría de tus lectores habían comenzado con «Y el pirata…» Yo también lo hice y sentí que navegaba en el Eva Galante. Después volví a Almagro y me llevé 4 hilos…, Lágrimas de Yaiza y Qal’at rabah. Tres libros muy diferentes y bellos donde se nota tu estilo.

Anónimo dijo...

q chinvita ñeros