domingo, 5 de octubre de 2008

Autoedición

En bastantes blogs y páginas literarias se habla mucho de autoedición y coedición como las alternativas que tienen los escritores cuando su obra no encuentra el respaldo de las editoriales o no es reconocida con algún premio literario. Habitualmente se habla de ellas como un mal menor, como el último recurso al que acudir para que un texto no quede condenado al olvido.
Puedo hablar de ellas con conocimiento de causa, sobre todo de la autoedición porque de la coedición no me fío. Creo en la mayoría de los casos se juega con la ilusión del escritor haciéndole creer que su obra va a llegar lejos cuando el negocio de estas empresas consiste en captar a los escritores y en publicar los libros a un precio muy superior al real, mientras la distribución se queda en algo residual como es la aparición en alguna web.
Muchos entienden que la autoedición supone la derrota del escritor porque reconoce que no ha sabido encontrar su lugar dentro del mercado literario. Yo pienso lo contrario, y creo que es un camino muy válido para afianzarse como escritor, siempre y cuando se tenga claro que eso no supone el fin de una obra y que sólo se distribuirá entre unos pocos amigos que la comprarán por hacer un favor mientras el resto de los ejemplares permanecerán guardados en cajas en un desván o bajo la cama.
Yo llevo seis libros autoeditados con mi sello Baobab Ediciones, y si cuando edité el primero lo viví como una derrota, con el paso del tiempo me di cuenta de que era necesario hacer algo más. Si confiaba en mi capacidad como escritor e invertía infinidad de horas en ello, debía hacerme responsable de mi obra hasta sus últimas consecuencias y buscarme los medios para hacerla llegar a los lectores como un libro que no tuviera nada que envidiar a cualquiera que haya en el mercado, por muy promocionado que sea.
El fin principal de todo escritor es vivir de su obra y consagrar todo su tiempo a la creación literaria, eligiendo los temas que escribe, el formato y el tiempo que necesita para completar su trabajo antes de publicarlo. Creo que la búsqueda del reconocimiento es algo secundario que llegará si se hace bien el trabajo, y los que escriben pensando en la fama y en grandes ventas casi siempre acabarán estrellados.
Cuando comprendí que mi carrera como escritor no debía encomendarla al azar de que alguna editorial o agente literario confiaran en mi obra, me puse manos a la obra y decidí que debía empezar por contar con un lugar donde pudiera vender mis libros. Hace más de tres años que abrí mi tienda frente al Corral de Comedias de Almagro, una librería consagrada a un solo autor, que al mismo tiempo se convertía en el estudio donde debía seguir escribiendo. Reconozco que al principio tenía muchas dudas y temía que la aventura terminara pronto si los lectores no se interesaban por ese escritor desconocido cuyos libros no se vendían en otras librerías.
Con el paso del tiempo, reconozco que es la mejor decisión que he tomado en mi vida. El encuentro con los lectores ha sido muy alentador y ya cuento con muchos que coleccionan todos mis libros y se interesan por saber cuándo voy a publicar algo nuevo. No he vuelto a mandar un manuscrito a una editorial ni he buscado agente literario, aunque no he renunciado a participar en algunos de los pocos concursos literarios que están limpios, y no me puedo quejar. Lo que he ganado en los premios lo he reinvertido en mi propia empresa, y ya son seis los libros que tengo autoeditados y que vendo en mi tienda junto a aquellos que me han premiado o que he editado por otras vías. Incluso escribo mejor cuando estoy en la tienda que cuando me encuentro en casa porque cuento con una vista privilegiada de la plaza de Almagro.
Puedo decir que ahora vivo de lo que escribo, dispongo de todo el tiempo que necesito para crear, conservo los derechos de todas mis obras de cara a futuras ediciones y publico cuando considero que una obra está lista para ser entregada a los lectores. Durante este tiempo ni un solo lector me ha reprochado por la calidad de mis libros, mientras muchos regresan o me escriben para alentarme a seguir con mi labor. Ellos se han convertido en los auténticos distribuidores de mi obra. No tengo fama y ando justo de dinero, pero puede que sea un privilegiado dentro de un panorama literario muy crispado donde los autores están sometidos a la dictadura de la literatura de mercado que imponen las editoriales más poderosas. Incluso bastantes escritores se han puesto en contacto conmigo para que yo les publique en mi editorial. Es algo que ahora no descarto porque cuento con la imprenta y con un gran diseñador gráfico, pero es necesario que el escritor se comprometa con su obra como yo lo hago con la mía.

3 comentarios:

Belnu dijo...

Qué interesante que alguien haya hecho algo así en este país. Gracias por contarlo... Y la tienda...

Francisco Romero dijo...

Gracias por tu opinión. No es fácil hacer lo que estoy haciendo, pero es muy gratificante cuando crees en ello y encuentras respaldo en los lectores.

BLQ dijo...

Yo me acuerdo que con mi primer librito "Descubriendo Marruecos" lo vendí por Granda, en la calle y en algunos festivales. Lo hice con papel blanco y con dibujos de una amiga. No me acuerdo cuantos llegué a vender (la mayoría a precio libre) pero creo que se acercó a los 50 y quedé satisfecho.

Ahora está publicado por Internet (sin los dibujos) y se distribuyé de forma gratuita. Recibo opiniones de todos los gustos, pero me ha dado fuerzas para publicar otros dos libritos de los cuales ya te he contado en otro comentario en otro artículo tuyo de este blog. También ahora tengo como proyecto traducir Descubriendo Marruecos al francés.

Quiero continuar vendiendo libros en festivales. El libro de poemas y el de cuentos comencé en un mercado de navidades. Vendí 7 (2 del primero y cinco del segundo), a precio libre (unos 2 euros por librito). Me fui contento, pues me dio fuerzas, junto a la experiencia en Granada, a continuar y preparar los tres libros para hacer los festivales esta primavera y verano.

Yo tomé la decisión de publicar mis propios textos de un principio, no como una derrota. Ni siquiera tengo propia editorial, esto ya lo veremos más adelante. Solo lo veo como una lucha para acabar con el mercadeo de los libros.