viernes, 12 de diciembre de 2008

Gomorra

Acabó de terminar la novela de Roberto Saviano. Supongo que sería más correcto hablar de crónica periodística, aunque espero y deseo que no se trate de la crónica de una muerte anunciada.
Este libro no se puede analizar con criterios literarios porque habría que decir que en su estilo impera la urgencia del que tiene una pistola apuntándole a la cabeza, y no a la sien, sino a los ojos, para que la pueda ver cuando teclea las palabras en el ordenador. No sé en las condiciones que estaría su autor cuando la escribía ni el tiempo que le ha ocupado. Supongo que a menudo pensaría que nadie se atrevería a publicarla, y no sé si llegará a lamentar haberlo hecho porque su éxito he llegado acompañado de la propia condena, al tener que vivir lo que le resta de vida como aquellos a los que denuncia porque el sistema nunca olvida a sus traidores.
En tiempos donde la libertad de expresión en los medios de comunicación está condicionada por los consejos de administración, Saviano ha hecho una demostración de coraje al utilizar la palabra como bisturí para sacar a la luz los terribles tumores que causa la Camorra. Ha abierto los ojos a muchos que éramos ignorantes en el tema, y puede que obligue a girar la cabeza a aquellos que lo sabían y miraban para otro lado.
Creo que también manda un recado a los escritores y a los editores que solo piensan en la literatura de mercado, en aquella que da grandes beneficios en poco tiempo y que tiene el mismo fin que la mayoría de los videojuegos: mantener ocupados a los lectores para que no puedan pensar de una forma autónoma.
Aplaudo el valor de Saviano y su compromiso con la verdad y la palabra escrita. Aludiendo a la cita que hace de Papillón a final de su libro, pienso que la literatura es el grito que debe dar cada autor para sacar lo que tiene dentro antes de que le destruya. Roberto ha lanzado un grito desgarrador que le puede costar la vida, pero es alguien que ha hecho lo que tenía que hacer. Muy pocos podrán decir lo mismo, y no se encuentran en las listas de ventas.

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