martes, 6 de enero de 2009

Mi tienda




Mi tienda es un pequeño cubículo de 12 m² que está ubicada en un lugar privilegiado, como es la plaza de Almagro, frente al Corral de Comedias, un centro de referencia universal en el teatro clásico. Va a hacer doce años que me trasladé a esta bella ciudad. Entonces no sabía si lo hacía con ilusión por emprender una nueva vida o con miedo porque suponía la huida de Madrid tras haber perdido en todo lo que me había propuesto. Siempre es duro empezar desde tres, como decía Massimo Troisi en su maravillosa película. Por fortuna, aquellos días sombríos ya han pasado y en la actualidad puedo dedicarme casi en exclusiva a hacer aquello que amo.
En mi tienda, que pronto va a cumplir cuatro años, paso muchas horas cada día, no tengo un horario fijo, pero hay días en los que puedo estar doce o catorce horas, y no porque vaya a vender más libros o marionetas. Los compradores no suelen agolparse ante la tienda de un escritor desconocido, y muchos se pasan bastante tiempo ante el escaparate antes de decidirse a entrar. Entre los que pasan por primera vez y se interesan por mi obra suelo establecer dos categorías. Están los que comprar un libro por lástima al creer que se encuentran ante alguien que no se ha sabido adaptar al sistema, y por otra parte, están los que piensan que hay que tener valor y mucha fe en uno mismo para apostarlo todo por una manera diferente de entender la literatura, donde el autor se encarga de todo el proceso.
Yo siempre agradeceré a unos y otros el apoyo que me dan porque se han convertido en los mecenas que me permiten seguir «viviendo del cuento», dicho en el sentido literal de la palabra, aunque principalmente de la novela y el teatro en tiempos de crisis y donde aquellos que se encuentran al margen de la literatura de mercado parecían condenados a desaparecer o a quedar recluidos en pequeños guetos.
La tienda no solo es el escaparate donde ofrezco mi obra, también es mi estudio porque es el lugar donde mejor escribo. A través de las ventanas veo cómo trascurre la vida en Almagro y cómo descubren la villa los miles de turistas que anualmente nos visitan ilusionados por asistir a una representación en el Corral de Comedias. Las tres últimas novelas y dos obras de teatro han cobrado vida y crecido en la tienda, aparte de varios proyectos a los que dedicaré los próximos años porque la necesidad e ilusión por inventar historias y escribirlas no decrece con el paso del tiempo. Es un hermoso juego en el que nunca se conocen las reglas, y en eso radica su grandeza.
No sé cómo sería mi vida si vendiera cientos de miles de libros y si tuviera mis novelas comprometidas con las editoriales antes de haberlas escrito, pero creo que no sería mejor. Ahora tengo el privilegio de escribir lo que quiero, como quiero y cuando quiero, publico cuando mis ahorros o los premios lo permiten, y vendo mis libros cuando alguien quiere conocerlos y cuando mis lectores más fieles quieren completar su colección y que cuidan con un cariño que no deja de sorprenderme.
El invierno es largo y frío en Almagro. No es época en que acudan muchos turistas, pero me gusta estar en la tienda, a pesar de que haya días en que no entre nadie, pero puedo seguir escribiendo y enriqueciéndome con lo que observo a través del escaparate.

5 comentarios:

BLQ dijo...

es bonito tener un lugar donde las palabras salen más fácilmente.

a mi siempre me ha gustado las alturas y me voy a prados en las montañas para escribir.

saludos

Anónimo dijo...

Es precioso esto que nos cuenta, y un lugar envidiable. Que disfrutes de la placidez lenta del invierno.

Besos

WODEHOUSE dijo...

Muchos te envidiamos pero pocos nos atrevemos a seguirte...muy valiente.

Francisco Romero dijo...

Gracias Wodehouse por entrar en mi blog. Creo que hablar de valentía es relativo cuando no queda otra opción, y lo más complicado es tener fe en la propia capacidad cuando todo lo que se ve alrededor induce al abandono.
También te agradezco Mita tu comentario. El invierno es hermoso para escribir.

Fernando García Pañeda dijo...

Llego a esta tienda y me encuentro con algunas conocidas...
Ya me gustaría entrar de verdad en tu tienda. No sé cuando, pero es importante esperar. Esa lucha de la que nos hablas, y compartimos, enseña mucho y bien a esperar.
Mi más sincera enhorabuena por todo esto que nos cuentas.